miércoles, 15 de febrero de 2017

De corrupción de Odebrecht no se salva ni Cristo

Mide 37 metros y emula al Cristo de Corcovado de Río de Janeiro. El monumento Cristo del Pacífico fue donado por Odebrecht a Perú, país en donde pagó millonarios sobornos para ganar obras públicas, y que ahora tiene a tres expresidentes al borde de la crucifixión. “Es un Cristo similar al de Corcovado, al que he denominado Cristo del Pacífico. Congregué un grupo de amigos y empresas y también he puesto mis ahorros, porque quisiera que sea una figura que bendiga al Perú”, decía conmovido en 2011 el entonces presidente Alan García (2006-2011), a poco de dejar su mandato. El Cristo demandó una inversión de más de 800.000 dólares y fue financiado mayoritariamente por Odebrecht. Alan García donó 30.000 dólares de sus recursos. En aquellos momentos la constructora brasileña se aprestaba a inaugurar la Línea 1 del Metro de Lima, una obra por la que, hoy se sabe, pagó 7 millones de dólares en sobornos para ganar la licitación. “Odebrecht, fuera del país”, “Alan Culpable”, son algunos escritos que se leen en la base de la estatua blanca cubierta del ollín típico de la contaminación limeña. A un lado está aún el altar de cemento

 donde el arzobispo de Lima, Juan Luis Cipriani, inauguró el Cristo. Ubicado en lo alto de un cerro y muy poco visitado, salvo en Semana Santa, el monumento no exhibe placa alguna que señale que fue una donación de Odebrecht, empresa en el centro de un escándalo de corrupción que abarca a Brasil y la mayor parte de los demás países de América Latina. “CRISTO DE LO ROBADO” Algunos llaman a la estatua como el “Cristo de lo Robado” y la califican como un monumento a la corrupción. “Dado que el Cristo fue donado por Odebrecht, es inaceptable que esa figura este allí, continúe ahí y no se diga nada del asunto. Aunque no se decida sacar al Cristo, sí se debe generar una reflexión sobre este asunto”, comentó a la AFP el director de la ONG Proética, Walter Albán. La constructora Odebrecht admite que pagó en Perú 29 millones de dólares para ganar contratos entre 2005-2014, período que comprende los gobiernos de Alejandro Toledo, Alan García y de Ollanta Humala. “Hemos sido testigos de cómo, después del régimen de (Alberto) Fujimori, marcado por la corrupción, vinieron tres gobiernos donde las denuncias de corrupción también fueron frecuentes (…) Perú era una especie de oficina regional en estos temas. Tal vez vieron un camino fácil con una clase política corrupta”, dijo a la AFP el gerente de la consultora de marketing político Vox Populi, Luis Benavente. DESFILE DE EXPRESIDENTES Perú ya tiene un expresidente preso, Alberto Fujimori (1990-2000), por corrupción y crímenes de lesa humanidad. Alejandro Toledo le dio férrea batalla a fines del 2000, encabezó una movilización en su contra y se erigió presidente en 2001. Pero irónicamente, ahora es el primer exgobernante peruano con una orden de detención preventiva por su implicación en el escándalo Odebrecht. El ejecutivo clave en el caso es el exrepresentante de Odebrecht en Perú, Jorge Barata, quien ha suscrito un acuerdo judicial para contarlo todo. En su declaración, asegura que pagó 20 millones de dólares a Alejandro Toledo para ganar la licitación de la construcción de la carretera interoceánica, que une a Perú y Brasil, aunque el expresidente lo niega. El actual mandatario Pedro Pablo Kuczynski, quien fue primer ministro de Alejandro Toledo, ha considerado este hecho como una “traición” al país. Alan García, por su parte, ha llamado “ratas” a los implicados de su gobierno. En su gestión recibió al hoy preso Marcelo Odebrecht en Palacio de Gobierno y se preció de su amistad con el patriarca del grupo, Norberto Odebrecht. García ya fue procesado por enriquecimiento ilícito después de su primer gobierno (1985-1990), pero su caso prescribió. Por su parte, Ollanta Humala (2011-2016) y su esposa Nadine Heredia son investigados por lavado de activos por dinero recibido para su campaña electoral, supuestamente del gobierno venezolano y desde Odebrecht en Brasil, según la fiscalía. Documentos de la Policía Federal brasileña concluyen que Humala recibió 3 millones de dólares de la constructora. Tanto él como su esposa tienen restricciones para salir del país y niegan los cargos.

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