Un grupo de más de 15,000 científicos de 184 países han
alertado, por segunda vez en 25 años, de las negativas tendencias ambientales
que amenazaban el bienestar humano y la Tierra.
En la carta, titulada "Advertencia de los
científicos del mundo a la humanidad: un segundo aviso", publicada en la
revista BioScience, los expertos advierten de que el calentamiento global, las
prácticas agrícolas insostenibles, la deforestación, la reducción de las
fuentes de agua dulce y la pérdida de vida marina agravan el panorama.
Devastación sustancial
"Estamos poniendo en peligro nuestro futuro al no
frenar nuestro intenso consumo material pero geográfica y demográficamente
desigual y al no percibir el rápido y continuo crecimiento de la población como
un motor primario detrás de muchas amenazas ecológicas e incluso
sociales", señala el texto.
Gracias a los datos recopilados, el equipo liderado por
William Ripple, de la Universidad del Estado de Oregón (EE.UU.), indica que los
daños que está sufriendo el planeta son "sustanciales e
irreversibles".
Declive global
"Algunos podrían pensar que estamos siendo
alarmistas, pero los firmantes de esta segunda advertencia no solo no están
lanzando una falsa alarma, sino que están reconociendo que existen señales
obvias de que estamos yendo por un camino insostenible".
El manifiesto recoge algunas de esas señales, entre las
que destacan una reducción del 26% en la cantidad de agua dulce disponible por
habitante, una reducción en la captura de peces salvajes, un aumento del 75% en
el número de zonas muertas en los océanos, una pérdida de más de 121 millones
de hectáreas de bosque, un incremento del 35% de la población humana y una
reducción del 29% en el número de mamíferos, reptiles, anfibios, aves y peces.
Cómo evitar la insostenibilidad
La carta enumera medidas que deben tomarse para evitar
una mayor degradación, como la promoción de dietas basadas en vegetales y de la
energía renovable, al tiempo que se eliminan los subsidios para combustibles
fósiles, la necesidad de reducir la desigualdad de las riquezas, además debe
declararse como reservas naturales protegidas una significativa proporción del planeta,
y erradicarse el tráfico de especies silvestres y la caza furtiva ilegal.
"Para evitar la miseria generalizada y la pérdida
catastrófica de la biodiversidad, la humanidad debe practicar una forma
alternativa de hacer las cosas, más sustentable desde el punto de vista
ambiental".
Más de la mitad de la superficie terrestre podría
convertirse en una zona árida en 2100 si las emisiones de gases contaminantes
continúan al ritmo actual, según un estudio publicado hoy en la revista Nature
Climate Change.
Científicos de la Universidad china de Lanzhou indican
que ese proceso tendrá un especial impacto en los países en vías de desarrollo,
donde se registrará gran parte de la expansión de esas regiones áridas, donde
las precipitaciones son escasas y sus efectos quedan compensados por la
evaporación del agua que provoca el calor.
El cambio climático, el crecimiento de la población
humana y la extensión de las ciudades son los factores que cita el estudio como
responsables de ese proceso de desertización.
A partir de la comparación de datos recogidos entre 1948
y 2005, Jianping Huang y su grupo han concluido que la mayoría de modelos
subestiman la tendencia a expandirse de las tierras áridas, que en la
actualidad cubren el 40 % de la superficie terrestre.
Los científicos han elaborado nuevas predicciones que
apuntan a que la aridez aumentará hasta un 56 % si las emisiones de gases se
mantienen altas dentro de 85 años.
En otro estudio divulgado en la misma publicación,
investigadores del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) alertan sobre
las extremas condiciones de temperatura y humedad que se alcanzarán en la zona
del Golfo Pérsico durante este siglo.
Si las emisiones de gases de efecto invernadero continúan
con su actual trayectoria ascendente, los científicos ponen en duda la
"habitabilidad humana" de esas regiones en el futuro.
Los científicos subrayan que el cuerpo humano tan solo se
puede enfriar a sí mismo gracias a la perspiración por debajo de los 35 grados
centígrados.
"Por encima de ese umbral, el cuerpo no puede
enfriarse y la supervivencia en el exterior de un individuo sano y en forma
está en serio peligro", dice el estudio.
El trabajo se ha basado en simulaciones de modelos
climáticos de alta resolución para prever la incidencia de olas de calor
extremas en la zona del Golfo Pérsico entre 2071 y 2100.
En un escenario en el que las emisiones hayan continuado
aumentando, las temperaturas extremas que se alcanzarán ocasionalmente en
ciudades como Abu Dabi, Dubai y Doha supondrán un reto para la
"supervivencia humana", según el estudio.
EFE