La Luna es un destino "muy prometedor y muy
realista" de cara al asentamiento de los primeros humanos en territorio
extraterrestre, donde la Agencia Japonesa de Exploración Aeroespacial (JAXA)
espera que las primeras personas se establezcan hacia 2030, explica Mukai.
La imagen de grandes urbes futuristas y súper pobladas en
el espacio no es la que esboza Mukai para un futuro próximo, sino reducidos
complejos hoteleros, construidos principalmente bajo la superficie del satélite
natural de la Tierra para protegerse de la radiación, y a los que acudirían un
número limitado de viajeros.
En los vuelos de tres días al satélite se ve ella-la
primera mujer nipona que salió del planeta- ayudando en lo posible gracias a su
formación médica. Mukai es doctora en Fisiología especializada en cirugía
cardiovascular, campos en que trabajó en sus expediciones espaciales en 1994 y
1998.
Mukai inició su carrera espacial cuando en Japón
"buscaban gente para ir al espacio, mujeres o varones, y no eran
necesarios conocimientos de pilotaje. Era para investigación, así que me
presenté voluntaria", rememora más de tres décadas después.
Tras una dilatada experiencia que le valió en 1995 el
Premio Príncipe de Asturias a la Cooperación Internacional junto al español
Pedro Duque (Madrid, marzo de 1963) y el estadounidense John Glenn (1921-2016),
a finales de 2017 fue nombrada directora del Centro de investigación de
colonias espaciales (RCSC) nipón.
La búsqueda de nuevos lugares es para la astronauta algo
natural en la humanidad: "Las personas tenemos una tendencia natural a
expandir nuestras actividades fuera de nuestras áreas, cada vez más y más y, en
esta situación, la Tierra se nos queda pequeña".
Además de los intereses antropológicos que conlleva la
conquista del universo, la veterana científica señala un componente económico:
"El espacio es lugar muy bueno para invertir y las empresas se han dado
cuenta de ello". Amazon ya estudia proyectos para hacer envíos a la Luna y
Google ha hecho grandes inversiones en satélites.
(Fuente: EFE)