jueves, 31 de agosto de 2017

31 de agosto, el Día Internacional de la Solidaridad.

Naciones Unidas instituyó, a finales del año 2000, el dí­a 31 de agosto como Dí­a Internacional de la Solidaridad, basándose en el reconocimiento que la Declaración del Milenio hizo de esta actitud como uno de los valores fundamentales esencial para las relaciones entre los individuos, pueblos y naciones en el siglo XXI.
La solidaridad, según la ONU "no sólo es un requisito de carácter moral, sino también una condición previa para la eficacia de las polí­ticas de los paí­ses y los pueblos". Es, en definitiva, "una de las garantí­as de la paz mundial".
El documento base de la campaña de Manos Unidas para 2003 "“"El desarrollo, camino para la paz"- recoge la idea de que "todos los seres humanos, por dignidad y valor, tienen derecho a las mismas oportunidades vitales", al tiempo que afirma que "la totalidad de los bienes y recursos existe en función del desarrollo solidario de todos".
En la era de la globalización, las diferencias entre pobres y ricos se ven acrecentadas y a estos últimos corresponde asumir la responsabilidad ante los que no pueden obtener los recursos suficientes para el desarrollo, cuyos derechos humanos y dignidad no se respetan: "los pueblos desarrollados tienen la obligación graví­sima de ayudar a los paí­ses en ví­as de desarrollo". (Gaudium et spes, CVII)
Pero también los gobernantes de los paí­ses más desfavorecidos deben cooperar para sacar a sus naciones de la pobreza porque, como afirma la ONU, "un camino en solitario lleva inexorablemente al aislamiento". Así­, continúa, "las estructuras supranacionales, fundadas precisamente en el principio de la solidaridad con el debido respeto a las particularidades locales y la diversidad cultural, ofrecen la posibilidad de un desarrollo pleno y estable".

La solidaridad no es una reacción ante un hecho lamentable o una situación de catástrofe sino, como define la enseñanza social de la Iglesia, la determinación firme y perseverante de empeñarse por el bien común, por el bien de todos y cada uno. Ésta puede manifestarse de diversas maneras. Es tarea de todos "“gobernantes, polí­ticos, empresarios e individuos- lograr hacer de nuestro mundo un lugar más humano y solidario, en la medida de las posibilidades de cada cual.
En Manos Unidas sabemos mucho de solidaridad. Nuestro trabajo en pro de los paí­ses del Sur depende por entero de ella, fundamentándose en algunas de sus expresiones: del tiempo y los conocimientos que solidariamente aportan los más de 4.500 voluntarios con los que contamos en toda España; de las aportaciones y el estí­mulo de nuestros socios y colaboradores, de las parroquias e instituciones religiosas; de los esfuerzos de los más pequeños en los colegios; de la ayuda oficial para la financiación de algunos proyectos, y de los medios de comunicación, sin cuya colaboración serí­a muy difí­cil dar a conocer la realidad de las naciones empobrecidas.
A todas estas personas e instituciones y muy especialmente a los misioneros y socios locales en los paí­ses en desarrollo, dedicamos nuestro recuerdo, respeto y admiración en el Dí­a Internacional de la Solidaridad.


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