Este domingo vamos a la urnas y por la noche sabremos entre quienes será la segunda vuelta. Unos iremos a votar y otros a botar. Votaremos, quienes escogemos una esperanza que se compone con nuestros sueños y las propuestas de nuestro candidato preferido, quienes tenemos la determinación de perseguir ese sueño exigiendo que las autoridades trabajen por alcanzarlo; quienes escuchamos y encontramos coherencia entre las propuestas políticas y la conducta de nuestros candidatos; quienes entendemos que las autoridades que elegimos decidirán nuestro futuro cercano. Botan su futuro, quienes se dejan llevar por la publicidad costosa, fría y calculadora, que se esmera en encandilarnos con imágenes agradables, ritmos populares, falsas muchedumbres, coloridas luces; todo sin mayor contenido, que cual fuegos artificiales se desvanecen luego de las elecciones; quienes atienden a la oferta fácil de regalos con lo que no les pertenece; quienes creen que no existe solución a la corrupción, a la pobreza, a la depredación; y le da lo mismo cualquiera de los candidatos. Este domingo se revela la primera parte y sabremos cuantos hemos votado y cuantos botado nuestro voto; aunque habrá una segunda oportunidad, una segunda vuelta para escoger y espero que no sea al menos malo; sino al que represente verdadera esperanza para el país. Pero para el Congreso no hay segunda vuelta. Y a quienes escojamos deberemos seguir o sufrir nuestro arrepentimiento durante los próximos cinco años. Por eso, para el Congreso debemos escoger a verdaderos defensores de nuestros intereses, quien además de conocimiento y convicciones, deberán saber desenvolverse en ese mar de complicaciones burocráticas, esa “hermenéutica” parlamentaria; debemos escoger a un gallo que cante en este corral y también en corral ajeno. No debemos confiar en candidatos o candidatas que se “chupan”, porque así se chuparán cuando tengan que defender a nuestros bosques, a nuestra gente. Tampoco debemos escoger a los que por no quedarse callados dicen cualquier cosa, cuyos errores los convierten en presa fácil de lobistas y expertos trabalenguas que abundan entre los congresistas. Conocimiento, inteligencia, convicción, moral, oratoria, integridad, historial; virtudes y cualidades nada fáciles de encontrar en una sola persona. ¿Este domingo, votaremos o botaremos? (César Torre cat_pe@yahoo.com)(Foto: .................. )
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