martes, 31 de julio de 2012

GASTOS INNECESARIOS


Resulta buena la firme decisión de suscribir un pronunciamiento de escritores peruanos y chilenos, sobre la permanente vigencia de armarse cada vez más para esperar una posible guerra entre ambos países. Y, el gasto innecesario no solamente se hace en la adquisición de armas de todo tipo; sino, en la gran cantidad de dinero que se destina para mantener a miles y miles de personas que están en las diferentes fuerzas armadas: terrestres, aéreas, acuáticas y diplomáticas.

El dinero para ambos gastos procede nada mas y nada menos que de los bolsillos de cada uno de los peruanos que tributamos.

Hace poco alguien dijo que faltan miles de policías más para frenar el avance del oleaje delictivo en el país ¿Con esos miles más, se solucionará el avance de la violencia?. Simplemente no.

¿Qué pasaría si se desactivan todas las fuerzas armadas y policiales? ¿El territorio nacional sería invadido en el acto?¿Acaso no hay países en el mundo que viven holgadamente sin fuerzas armadas? Parece una utopía, ¿verdad?

La tendencia de largo alcance podría ser al revés. Que, en vez de aumentar efectivos y armas, disminuirlos progresivamente a una tasa que resulte de un trabajo de investigación. El dinero que resulte de esa disminución, de ese gran ahorro nacional, se iría íntegramente a educación: aboliendo íntegramente, de verdad, el analfabetismo; mejorando la calidad educativa, haciéndola competitiva con los demás países del mundo, en todos los niveles. En los niveles técnico y profesional, la calidad debe estar sustentada en la investigación y la producción. Debe desterrarse de un tajo, la mediocridad profesional, como producto de la comercialización de la educación, que es la que abunda en estos tiempos de carencia de políticas claras de la formación profesional.

Esta forma de enfocar el futuro del país, conlleva a tener el cien por ciento de peruanos muy bien preparados técnica y profesionalmente; a todos los peruanos ocupados en sus carreras, investigando y produciendo para sus empresas y por el país; a peruanos con ingresos económicos familiares per cápitas por encima del promedio mundial; al Perú con el uso verdaderamente racional y sostenible de sus recursos; a una sociedad peruana que no dispone de tiempo y de necesidad para malgastarlo en paros, huelgas, toma de carreteras, robos, asaltos y actos subversivos. Quizá parezca una utopía; quizá una línea necesaria a seguir si amamos de verdad al Perú.

Empero, los gastos innecesarios del erario nacional, no solo se hacen en lo ya dicho, sino, en mantener la abultada burocracia estatal; en vez de invertir esos recursos frescos en mejorar e implantar un verdadera educación en el país. ¿Qué necesidad tienen los gobiernos en mantener pesadas burocracias? Encuéntrese los mecanismos legales y sociales para adelgazar la burocracia y con esos recursos alimentar la educación, la investigación y el fomento de la pequeña empresa.(Luís A. Ordóñez Sánchez)

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