En el mediano plazo la Amazonía podría convertirse en una
gran extensión de tierras depredadas y desérticas. Esto ocurrirá si los
gobiernos que comparten esta gran área geográfica no controlan y fiscalizan los
impactos de las principales presiones y amenazas que atentan contra la
protección y conservación de esta gran reserva natural, como la explotación
petrolífera y minera, la construcción de carreteras, la instalación de empresas
hidroeléctricas y la deforestación.
A esta conclusión llega el atlas “Amazonía bajo presión”,
lanzado el martes en el plano internacional, en la ciudad de Santa Cruz,
Bolivia.
Este atlas fue elaborado por la Red Amazónica de Información
Socioambiental Georreferenciada (Raisg), que reúne a instituciones de los ocho
países que comparten la cuenca amazónica.
R.Pereyr@
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