Los peruanos salieron a las calles a recibir el 2014 con
juegos pirotécnicos, tradicionales cábalas y quemas de muñecos a pesar de las
recomendaciones de las autoridades de no utilizar este tipo de productos para
dejar atrás el año viejo y darle la bienvenida a los nuevos doce meses que se
inician.
Cuando las emisoras radiales empezaron a dar la cuenta
regresiva del fin del 2013 muchas personas abrieron las puertas de sus casas
para correr a las 12 en punto, con maleta en mano, una vuelta a la manzana, con
la esperanza de que esa cábala los ayude a hacer realidad el sueño del viaje
hacia un lugar del país o el mundo.
No faltaron quienes debajo de sus mesas comieron las 12
uvas de la felicidad, ni quienes regaron sus casas con granos de lentejas,
arroz y trigo "para que el alimento nunca falte en todo el año".
Otras familias optaron por divertirse con fuegos
artificiales y reunirse minutos antes de la medianoche a quemar un muñeco
rodeado de objetos inservibles, papeles, cartones y ropa en desuso como ritual
que exorciza las malas vibras y tristezas del pasado.
Aunque la ley sanciona la venta de material pirotécnico
detonante, el sonido de cuetecillos hicieron retumbar el ambiente dando cuenta
de la llegada del nuevo año mientras el cielo se iluminaba con luces
multicolores para saludar el 2014 y la gente se confundía en abrazos de
algarabía, esperanza y buenos deseos.
Las casas lucieron decoraciones en las que destacó el
amarillo, cábala internacional que expresa felicidad, alegría y fiesta en todo
el mundo. Así, manteles, servilletas, flores, hasta toallas de mano - amén de
la ropa interior - lucieron ese color que según la sabiduría popular, significa
alivio de lo "fatigoso y agobiante".
Donde quiera que fuere, en el barrio, en la casa, en la
playa o en una discoteca, el denominador común del festejo fue el deseo de
dejar atrás lo malo que nos pasó el 2013 y recibir con nuevos bríos y mucha
esperanza el 2014.
Fuente: http://www.andina.com.pe