El 18 de enero de 1535, Francisco Pizarro fundó la nueva
ciudad, con nombre "Ciudad de los Reyes", por su devoción a los Reyes
Magos y por lo cercana de la fecha a la fecha de la Epifanía, otros, sin
embargo afirman que el nombre fue en honor a los reyes de España. Con los años
el nombre de Ciudad de los Reyes fue usándose en menor medida y empezó a
llamársele Lima, que era el nombre que usaban los indígenas para llamar al
lugar de asentamiento de los españoles.
Lima no es más aquellas 177 manzanas (4 solares por cada
una de ellas) que conformaban la Ciudad Jardín en el siglo XIV. Hoy son más de
ocho millones los habitantes de una urbe que cada día crece, mostrando, en cada
rincón de su colorida fisonomía, un detalle distinto, una razón que confirma lo
plural y distinta que es nuestra Lima.
Ocho millones de personas que siguen forjando, día a día,
una ciudad que no quiere quedarse viviendo de recuerdos, y que anhela recobrar
los bríos de antaño.
Por lo demás, Lima es hoy una mezcla inconmensurable de
culturas, etnias, razas y sangres. Un chorrear de colores y costumbres, un
caudal inmenso de folclor y criollismo, entre lo antiguo y lo moderno.
De seguro que Francisco Pizarro nunca imaginó tal
confluencia de colores. Nunca, siquiera sospechó, los 34 801,59 Kilómetros
cuadrados que abarca, hoy en día, la ciudad que el mismo denominó Ciudad de
Reyes, y que, con el pasar de los años, modificó no solo su fisonomía, sino que
hasta su nombre. Lima proviene del idioma aymara, (lima-limaq, flor amarilla) o
del quechua (rimaq, hablador) por su río, el Rímac.
Fuente: http://www.deperu.com
Foto: [PUCP]