El hombre llegó
a la Luna en 1969, pero ningún proyecto
peruano se ha aventurado tan lejos. Ese es el objetivo del colectivo científico
Killa Lab, fundadores de la Sociedad Científica de Astrobiología del Perú. En
pocos meses podrían convertirse en los primeros latinoamericanos en llevar
un proyecto hasta el único satélite natural que orbita la Tierra.
Killa Lab está
formado por más de diez integrantes que no superan los 30 años y están
liderados por la bióloga Ruth Quispe, la microbióloga Sofía Rodríguez, el
químico Rómulo Cruz y el ingeniero mecatrónico Marco Capcha. Los
une su interés por la vida de las cianobacterias. También
conocidas como algas verdes-azules, un grupo de bacterias muy especiales, que
hace 3,600 millones de años inventaron la fotosíntesis y cambiaron
drásticamente la evolución de la vida.
El objetivo de
Killa Lab (Killa significa luna en quechua) es enviar un mini laboratorio (muy
parecido a una lata de leche) que contiene este tipo de bacterias, recolectadas
en Ticlio y en el desierto arequipeño de La Joya, y probar su resistencia a la
alta radiación ultravioleta. De obtener un resultado positivo, serán utilizadas
para la investigación de los sistemas microbianos presentes en el Perú.
También, esperan que sus hallazgos sirvan para la producción biotecnológica de
trajes espaciales y más recursos para la próxima base humana en la Luna. Pero
todo este plan puede desmoronarse por falta de dinero.
"Nuestro
objetivo principal es poner al Perú en el grupo de vanguardia de la exploración
espacial. Muchos científicos peruanos (con el mismo fin) ya se han ido de aquí
por falta de apoyo. Sería una nueva oportunidad perdida si no empezamos de una
vez", dijo Sofía Rodríguez a RPP.
Dinero a medias
El 15 de marzo
de este año, el colectivo fue elegido entre 3,400 aspirantes como finalista del
concurso internacional Lab2Moon, que busca proyectos que ayuden
a la humanidad a poblar satélites como la Luna y otros planetas.
Este concurso es una iniciativa de la empresa india Team
Indus, la misma que acaba de ganar el Google Lunar XPRIZE y se coronará
como la primera compañía particular en enviar una misión lunar no tripulada
este 28 de diciembre. Todos los finalistas formarán parte de esta misión,
sin embargo, cada uno es responsable de su financiamiento. El premio solo
cubre la asesoría y el envío de cada proyecto al espacio.
Tan lejos, tan cerca
Killa Lab tiene el apoyo de la UTEC, la Comisión Nacional de Investigación
y Desarrollo Aeroespecial yla Universidad Católica de San Pablo
(Arequipa), además del auspicio de Merck Pillipore (sede Perú), Marca Perú,
Nanolamba (Corea) y Mad Wave Devices (Perú), pero aún necesitan 20 mil dólares
para poder completar el equipamiento y enviar la carga útil a India
para los procedimientos finales de abordaje.
"Necesitamos dinero para comprar censores calificados para el
espacio. Esto nos va a permitir tener información sobre qué eventos solares
están ocurriendo en el momento en que las cianobacterias están sobreviviendo en
la Luna. De no conseguir el dinero, sería un proyecto incompleto", explicó
Ruth Quispe.
Puede parecer una locura que puedan quedarse por tan corto margen de
dinero para un proyecto de esta envergadura, pero ya no lo es tanto si se toma
en cuenta este dato: el Perú destina apenas el 0.08% de su Producto
Bruto Interno para investigación científica, según el Primer Censo
Nacional de Investigación y Desarrollo realizado por INEI en el 2016. Cifra que
está muy por debajo de Colombia (0.25%), Chile (0.38%) y México (0.54%).
"El monto inicial era de 100,000 dólares y no logramos obtenerlos a
tiempo. Hablamos con Team Indus y les propusimos cederles la patente de la
investigación para que no se perdiera. Ellos se negaron, querían ayudarnos y
nos ampliaron el plazo. Hoy estamos en la misma situación, porque aún nos
faltan 20 mil dólares. Ya no podemos pedirle más apoyo", dice Sofía.
Para conseguir el dinero faltante, el colectivo científico peruano ha
organizado una campaña de crowdfunding en Indiegogo.
También esperan recibir el apoyo de la empresa privada.
http://rpp.pe