Integración, es un término
fuerte, y a la vez hermoso. Integración es unión, es cohesión. Integración
es un anhelo, es un deseo, un sueño.
Alcanzar la integración es cumplir con un gran y difícil objetivo; empero,
mantener vigente la integración requiere de un mayor esfuerzo, de acudir al
extremo de la tolerancia, del entendimiento y comprensión de las personas. Que
precioso ejemplo de integración ha sido la vivencia y la evangelización de los
DOCE APÓSTOLES en torno a Nuestro Señor
Jesucristo.
Integración es el término
que ha desaparecido del habla y de las actitudes de los seres humanos. No hay
integración en las familias, no hay integración en las instituciones, peor en
las naciones. Así como hace dos mil años, Jesucristo ha mantenido integrado a
los DOCE APÓSTOLES, en base a las evangelizaciones; esas mismas enseñanzas son tan
poderosas y actualizadas, que son las únicas que podrían integrar a las
familias, a las naciones y a toda la humanidad.
Los seres humanos estamos
tan desintegrados, que los conocimientos alcanzados hasta ahora, los utilizamos
contra nosotros mismos. Ejemplos son los que sobran: ¿Para qué sirve la bomba
atómica, que es el resultado de altos estudios científicos? Para matarnos entre
los seres humanos. ¿Para qué sirven las armas que fabricamos con miles de
millones de dinero? Para matarnos los seres humanos. ¿Por qué en vez de malgastar
el dinero en la fabricación de armas que nos matan, no usamos ese dinero en la
generación de empleo, en producir alimentos para los que están muriendo de
hambre; en asegurar la salud para los que están muriendo por desatenciones?¿Por
qué deforestamos de manera irracional, a sabiendas que las plantas nos
proporcionan el oxígeno que respiramos los seres humanos y los animales?¿Por
qué permitimos la extinción de cientos de animales indefensos, sin posibilidad
de frenar esta barbarie? ¿Por qué permitimos la pérdida del recurso suelo, a
sabiendas que sin ese suelo no habrá dónde producir alimentos para nosotros
mismos?¿Por qué permitimos la excesiva deforestación, a sabiendas que nos
quedaremos sin agua para vivir y producir alimentos?
Las naciones carecen de
rumbos. Todas viven el día a día. No hay una visión clara, no hay una orientación
de la vida de los seres humanos. ¿Qué es lo que queremos los humanos? Actuamos
como si estaríamos cumpliendo mandatos de la maldad, como si hemos nacido con
el chip del negativismo, de la irracionalidad. De verdad, no actuamos como
animales; sino peor; pues, los animales
viven respetando el medio ambiente donde viven. Respetan la casa. Los humanos
destruimos la casa donde vivimos y los recursos de los cuales vamos a vivir.
Actuamos sin criterio, sin razonamiento, sin instinto; sino, con abrumadora maldad.
A nivel de mundo, debe
existir una autoridad que presida los lineamientos de vida de la humanidad:
respetar los medios naturales, población humana necesaria, alimentación, salud,
educación para todos. Se necesita de manera súper urgente la integración
de la humanidad, por medio de los gobiernos, en base a los
evangelios Cristianos.(Autor: Luís A. Ordóñez Sanchéz)
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