Reportaje: Por Rister Gatica
Rafael Pérez Lozano es el nombre de uno de los pobladores
más antiguos de Saposoa, quien asegura que el auténtico licor “7 Raíces” se
creó en esta ciudad capital de la provincia de Huallaga.
Sentado en su bodega, ubicada en la cuadra 4 del jirón
Huallaga, Don Rafico, como todo Saposoa lo llama, nos invitó a pasar a su
humilde morada, y allí nos mostró su bunker de 5 metros de largo, una especie
de tonel hecho de madera ishpingo, en donde coloca el aguardiente puro de caña
y mezcla todos los vegetales, entre raíces, cortezas y sogas, a fin de ponerlos
a macerar, para obtener, lo que según él es, el auténtico y original trago de
“7 Raíces”.
Y es que razones no le faltan a Don Rafico para creer que
el trago que prepara y deja macerar por un espacio de 4 años es el auténtico y
original “7 Raíces”. Según nos cuenta, este exótico trago fue creado a finales
de los años ’20, cuando su padre, Don Santos Pérez Guerra, regresó de Manaos,
Brasil, trayendo la fórmula que había conseguido, tras trabajar ocho años con
su cuñado en esa ciudad del país de la samba.
Por muchos años, Don Santos Pérez se dedicó a producir en
su fundo de 18 hectáreas en Saposoa, denominado “Cantorcillo”, el popular trago
conocido como “Cañazo”; hasta que en un determinado momento decidió innovar en
el arte de producir tragos exóticos, y creó el “7 Raíces” combinando
aguardiente puro de caña con 21 vegetales traídos de los alrededores de la Gran
Saposoa, sin imaginar que días después, entre broma y broma con los amigos que
degustaban de este trago, lo llamaría “7 Raíces”, en alusión a la gran cantidad
de vegetales que le puso a su preparación.
Por muchos años, cuenta Don Rafico, la tradición del “7
Raíces” se mantuvo en la vieja Saposoa, hasta que, dado a su exquisito sabor,
este trago traspasó fronteras, y hoy es preparado en diferentes lugares de la
región y el país, en donde conocidos vinicultores se atribuyen su origen.
Sin embargo, uno de los secretos del auténtico “7 Raíces”
radica en la gran cantidad de vegetales que éste lleva, junto al aguardiente
puro de caña y su toque puntual de miel de abeja, los cuales deben ser
macerados un año como mínimo en un bunker hecho netamente de madera ishpingo.
Pese a la insistencia de conocer todos los vegetales que demanda la preparación
de este trago, Don Rafico no quiso revelarnos todos ellos, y sólo nos dio a
conocer 7 de los más conocidos: Chuchuhuasi, Murcuhuasca, Clavohuasca, Sangre
de Grado, Abuta, Junjulí y Algarrobo.
Hoy, este carismático personaje, consciente de que la
tradición del auténtico “7 Raíces” podría morir consigo mismo, invita a la
población a visitar su humilde morada en la “ciudad de las colinas”, y degustar
así este exótico trago, el cual ha dado la vuelta al mundo por su exquisito
sabor y su original nombre que invita a probarlo más de una vez.