Después de nuestra independencia, con la primera
Constitución Política Bolivariana de 1823, se regulaba el Poder Municipal con
funciones de promover la agricultura, industria, minería y cuando conduzca el
bien(duró sólo dos años) y no fue sino después de 110 años, luego que la
oligarquía gobernara el país desde Lima, que en el año 1933 (a propósito de un
levantamiento del pueblo, dirigido por un APRA popular), que se incorporan
temas de autonomía administrativa y económica y el derecho de la mujer, con derecho
a voto y a ser elegida. Lo que respecta a las municipalidades, nunca se ejecutó
y se siguió gobernando el país desde Lima y en provincias los terratenientes
hacían de los distritos sus feudos.
En 1979, como consecuencias de jornadas históricas anti
dictadura militar (generación donde participamos muchos) entra en vigencia una
nueva Constitución Política en el Perú y en 1981, se eligen Alcaldes y
regidores en un nuevo espacio político de libertades y nuevas instituciones.
La Constitución Política del Perú de 1979 regula temas de
descentralización y luego de 156 años (después de la Constitución Política
Peruana Bolivariana de 1823) a la Municipalidad se le da
nuevamente una
connotación de Gobierno Local, con autonomía administrativa y económica con
atribuciones de planificar el desarrollo de sus circunscripciones, promoviendo
la participación del vecindario. La Constitución Política del 1993, luego de
derrotar la dictadura de Fujimori, se dio un trascendental paso a temas de
descentralización.
Hoy, en pleno siglo XXI, nuevamente nos enfrentamos a una
corriente centralista anticonstitucional que afectará la promoción al
desarrollo desde los espacios del Gobierno Local, para el año 2015 se reducirá
el presupuesto municipal de 17% al 12% (15,811 millones) y se incrementará para
el Gobierno Nacional al 73% del mismo, que este año llegará a S/. 130.6 mil
millones.
El despacho presidencial tendrá mucho más presupuesto que
todas las municipalidades juntas y ejecutará las obras de gran “envergadura”,
pues sostienen que en las municipalidades no se planifica el desarrollo y
existe mucha corrupción. Sobre lo primero, siempre lo venimos advirtiendo, los
alcaldes pretenden que las municipalidades son sus feudos y no planifican, y
los que lo hacen no integran los planes a los del Gobierno Nacional y Regional.
Hoy más que nunca sabemos que en los últimos Gobiernos
Nacionales, los niveles de corrupción son increíbles, nunca antes se han
enriquecido tanto los señores de Gobierno y sus allegados partidarios (desde
los dólares MUC hasta el caso Belaúnde, Orellana, etc), pero este flagelo se
siente aún más en las municipalidades, lo sabemos, pero no justifica la
RECENTRALIZACIÓN, no justifica las miles de vidas que se perdieron en las
jornadas por la democracia y la justicia, no justifica el sacrificio de
aquellos líderes encarcelados para que tengamos un país descentralista, que
hoy, con una ley (de presupuesto), se pretende olvidar. Lo que más sorprende es
que estos hechos antihistóricos no importan al poblador común y tal vez se deba
a que desde hace ya mucho, no confían en la clase política.
Alejandro Merino Huamán
Red Nacional de Expertos en Gestión Pública
Descentralizada – REMURPE
www.remurpe.org.pe