Madre de Dios superó este año las 20 mil hectáreas de
bosque deforestadas por el avance de la minería aurífera, la agricultura a
pequeña escala y la construcción de carreteras. Esta cifra duplica por primera
vez el pico de deforestación reportado en la región en el 2008, según un
estudio del Proyecto de Monitoreo de los Andes Amazónicos (MAAP, por sus siglas
en inglés), a cargo de la Asociación para la Conservación de la Cuenca
Amazónica (ACCA) y la Amazon Conservation Association (ACA).
El documento, cedido en exclusiva a El Comercio, detalla
que solo en este año la región perdió 6 mil hectáreas de bosque, considerado
uno de los más biodiversos del mundo. La Pampa, en la zona de amortiguamiento
de la Reserva Nacional Tambopata, y la zona del Alto Malinowski continúan
siendo dos de las áreas críticas de deforestación debido al voraz avance de la
minería ilegal de oro.
En Tambopata, tras el análisis de las imágenes
satelitales durante el 2017, se estima que la actividad de los mineros ilegales
ha arrasado 560 hectáreas de bosque. La cifra total depredada entre el 2013 y este
año es de 4.560 hectáreas.
En el caso del Alto Malinowski, la cifra aumenta y llega
a 726 hectáreas deforestadas durante el 2017. De acuerdo con el MAAP, entre el
2015 y el 2017 se han destruido 2.130 hectáreas.
Matt Finer, investigador principal de la ACA y encargado
del proyecto, precisó que la deforestación no solo se registra en zonas
protegidas donde la actividad minera de oro es ilegal, sino que además se
contabiliza la pérdida de bosque en áreas donde la actividad es permitida, como
en el llamado corredor minero.
—Nuevas causas—
Al otro lado de la carretera Interoceánica, en los
centros poblados de Santa Rita y Guacamayo, en la provincia de Tambopata, las
imágenes muestran una deforestación de 1.170 hectáreas por la agricultura de
pequeña escala.
Captan, además, la deforestación provocada por la
aparición de un promedio de 130 kilómetros de carreteras en el distrito de
Iberia, en la provincia de Tahuamanu.
“La visita del papa Francisco a Madre de Dios coincide
con una época de crisis de deforestación para la región, generada por las
actividades mineras y agrícolas cerca de la carretera Interoceánica. Los datos
de deforestación obtenidos de los satélites muestran en detalle la escala,
patrones y causas de la deforestación creciente”, indicó Finer.
—Problemas de gestión—
César Calmet, coordinador del Programa Nacional de
Conservación de Bosques del Ministerio del Ambiente, indicó que el porcentaje
de bosque deforestado en la región Madre de Dios representa un promedio del 10%
del total nacional; en todo el país se pierden 160.000 hectáreas cada año.
“Cualquier espacio de deforestación es grave. Lo que
tenemos que hacer como Estado es prevenir y atacar las causas que lo generan.
Aún hay problemas de gobernanza de territorio o tenencia de ciertas zonas que
genera mucho movimiento de actividad ilegal”, dijo.
Calmet indicó que, desde el 2010, hubo un aumento de
actividades industriales, como el cultivo de palma aceitera, lo que aceleró la
deforestación en la Amazonía. Además, se incrementó la actividad de pequeños
agricultores migratorios.
“Frente a esto, hemos tomado medidas preventivas, como
crear convenios con comunidades nativas en áreas no deforestadas para
preservarlas. Este año estimamos hacerlo con 2 millones de hectáreas”, comentó.
En noviembre, con la firma del Pacto de Madre de Dios por
la Justicia Ambiental, el Poder Judicial, la fiscalía y los ministerios del
Ambiente, Energía y Minas y Agricultura esperan cambiar el panorama en esta
región en casos de delitos ambientales y trata de personas.
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